5 de marzo de 2014 | 00:00:00
Managua, Nicaragua | elnuevodiario.com.niDoraldina Zeledón Úbeda | Opinión
Me
despierta el olor a café. Antes de que me levante se filtra desde el
vecindario. Y cuando salgo, durante la tarde, por las calles se siente ese
olorcito que reanima. Y si hago alguna visita, ahí está el café.
También está el olor a tabaco, impacta. Golpea el olfato,
el estómago, la salud. Y, para bien y para mal, su cultivo e industria mueven
la economía de Estelí. Un día pregunté por qué tanto alboroto los viernes. Es
el día de pago. Hay promociones en el comercio, incluyendo ruido. ¿Qué pasaría
si se deja de producir tabaco?, ¿se acabaría la vida en Estelí?
Las fábricas están por todos lados. A veces son edificios
construidos para eso, cerrados, un poco apartados. Hay también otras casas
dedicadas a la industria, a la orilla de la calle. Y despiden ese olor
penetrante del tabaco. Un día tuve que cruzarme a la otra acera, o más bien el
olor me desplazó.
Por ello, esas noticias de “Estelí con los mejores puros
del mundo” me dejan pensativa. Cómo me gustaría leer, “Estelí con el mejor café
del mundo”. O con “el mejor maíz del mundo”. Claro, si su cultivo y
procesamiento son amigables con el ambiente.
Una señora me dijo que hace unos años se fue para la
finca, huyendo del smog y el ruido de la ciudad. Y tuvo que regresar, pues los
plantíos de tabaco la tenían rodeada. Otra, relata que la vida del campo ha
cambiado, que tienen trabajo gracias al tabaco. Es la opción ante el desempleo.
La alternativa que está a mano, lo que importa es solucionar los problemas de
hoy. Mañana ya veremos. ¿Más enfermedades y contaminación difuminadas en una
ciudad pujante?
Porque, ¿cuánto gasta cada familia para contrarrestar los
efectos en la salud?, ¿cuántos se retiran de la fábrica porque están enfermos?
O los retiran. Y ¿cuánto gasta el gobierno en salud por efectos del tabaco?,
¿cuánto sufre la familia por la enfermedad?, o cuando mueren asfixiados,
intoxicados por la nicotina, destruidos por un cáncer. Y aquí también nos
acompaña el olorcito a café.
Me pregunto si la
industria del tabaco podrá ser motivo de orgullo. Quizás la laboriosidad, la exigencia,
el cuidado. Cuando leo noticias sobre los mejores puros, me imagino esa
laboriosidad, esa dedicación, aplicadas a otras industrias. Si se puede con el
tabaco, ¿por qué no con otros rubros? Todo es que inversionistas, gobierno y
productores, las echen todas para mejorar y diversificar, y apuesten por el
ambiente saludable, y por ende, por la vida. Hace poco leía que pequeños
productores de café, ante el problema de la roya, están dedicados a otros
cultivos, exitosamente.
Las empresas tienen programas de Responsabilidad Social
Empresarial. Si es así, podrían dedicar tierras para desintoxicar con
arboledas, que al mismo tiempo produzcan agua para reponer la que consumen los
grandes plantíos. Y construir edificios apropiados para afectar menos a los
trabajadores y a la población. O quizás lo que para unos es bueno, para otros
es malo. ¿No se podrá encontrar enlaces, puentes, coincidencias para la vida?
No para evitar la muerte sino disminuir el dolor, el sufrimiento y la muerte
prematura.
doraldinazu@gmail.com