Debido al calentamiento global, se prevé que algunas patologías infecciosas
se agraven y propaguen con más facilidad
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Por TERESA ROMANILLOS
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27 de octubre de 2008
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Bautizadas con el nombre de "la docena mortífera", se
prevé el aumento de 12 enfermedades infecciosas debido al cambio climático.
Algunas, como la tuberculosis, nunca han dejado de estar presentes y otras, que
parecen pertenecer al pasado, como la peste o el cólera, pueden resurgir. La
comunidad científica apunta como últimos culpables a los cambios migratorios de
las aves y a la proliferación de insectos y arácnidos.
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Una docena de enfermedades infecciosas se agravarán y propagarán
con más facilidad como consecuencia delcambio climático. Así reza el documento,
publicado en el Congreso Mundial de la Conservación de la Naturaleza celebrado
recientemente en Barcelona, que muestra cómo el calentamiento global influirá en el desarrollo de estas
patologías y las consecuencias que estas enfermedades provocarán en la salud y
la economía mundial.
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Se estima que el incremento de la temperatura del planeta no
sólo causará el derretimiento de los glaciares y el consiguiente aumento del nivel
del mar, sino que además se verá modificado el régimen de precipitaciones y,
por tanto, de las corrientes fluviales. Este cambio en el ciclo del agua
provocará una variación en los ecosistemas que a su vez condicionará una
diferente distribución de los agentes patógenos causantes de las 12 enfermedades.
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De animales a
personas
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Un buen ejemplo son las aves migratorias, que como consecuencia del
calentamiento global cambiaran las rutas de migración de modo que las
enfermedades de las que son portadoras se distribuirán en distintas regiones
del planeta. Este hecho ya empieza a hacerse visible con los emergentes brotes de
la gripe aviar, ébola, cólera y
tuberculosis.
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El principal
factor de riesgo se encuentra en aquellas enfermedades infecciosas que pueden
ser transmitidas de animales a humanos
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El principal factor de riesgo, aseguran los investigadores, se
encuentra en aquellas enfermedades infecciosas que pueden ser transmitidas de
animales a humanos. "La salud de los animales está estrechamente
relacionada con los ecosistemas en que viven y el medio ambiente que los rodea
y cualquier alteración, incluso la más pequeña, puede tener enormes
consecuencias en las enfermedades que pueden padecer y transmitir a medida que
el clima cambia", comenta Steven Sanderson, presidente la Sociedad de
Conservación de la Naturaleza.
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La solución que plantean los expertos ante el problema consiste
en monitorizar los cambios de localización de la fauna salvaje para poder
controlar las migraciones y, así, la distribución de los agentes patógenos.
Aunque se conocen las doce enfermedades y algunas de ellas tienen tratamiento,
aún falta información sobre como se están extendiendo y propagando por todo el
planeta. Entre otras cosas, es importante preparar al personal sanitario para
reconocer y mitigar los brotes de las enfermedades que aparezcan en una
determinada zona, antes de que se extiendan descontroladamente.
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Enfermedades,
"nuevas" y "viejas"
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Dentro del grupo de las 12, se encuentran viejas conocidas, como
la tuberculosis, el cólera o la peste y otras enfermedades que se pueden
considerar como más "nuevas", como la gripe aviar. La tuberculosis ha sido, sin
duda, durante muchos siglos una de las enfermedades que ha provocado una mayor
mortalidad. A mediados del siglo XX, y gracias al descubrimiento de la
estreptomicina y las mejoras de las condiciones higiénicas y sociales, la
situación mejoró.
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En 1993, la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró a
la tuberculosis como una enfermedad emergente y justificó
el aumento en el número de casos relacionados con el VIH y también por los
movimientos migratorios. Un grave problema añadido es el de la tuberculosis resistente
a los fármacos habituales. Este tipo de microorganismo se encuentra en mayor
proporción en las tuberculosis que padecen los pacientes infectados por VIH.
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España y Portugal son los países con mayor número de casos de la
Unión Europea probablemente por el enorme reservorio de infectados por
"Mycobacterium tuberculosis" que hay (muchas personas han tenido
contacto con el bacilo en algún momento de su vida, que permanece en estado
latente, sin que se manifieste). La tuberculosis bovina (TB), que puede transmitirse al hombre
a través del consumo de leche sin pasteurizar, podría aumentar. Los expertos
temen que el cambio climático pueda favorecer el contacto entre el ganado y los
animales salvajes, aumentando la propagación de la enfermedad.
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El cólera es otra de las patologías que
potencialmente podría extenderse debido al cambio climático. La enfermedad,
causada por la bacteria "Vibrio cholerae" se transmite con mucha
facilidad por el agua y alimentos contaminados. Actualmente, la mayoría de los
casos tienen lugar en países en desarrollo aunque el aumento de la temperatura
de las aguas hace prever un mayor número de casos.
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La peste
bubónica o peste
negra, enfermedad que había causado verdaderos estragos, parece pertenecer a
los libros de historia pero puede volver a resurgir. Se propaga a través de los
roedores y sus pulgas, que podrían favorecerse del incremento de la
temperatura. La gripe
aviar es otra
de las amenazas relacionadas, ya que las anomalías en el régimen de lluvias y
la sequía podrían influir en los movimientos migratorios de las aves y, por
tanto, en la expansión de la enfermedad que en los últimos años mantiene a las
autoridades sanitarias en alerta bajo la amenaza de una gran pandemia.
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INSECTOS Y ARÁCNIDOS
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La amenaza se amplía a otras enfermedades infecciosas que,
aunque quizás menos conocidas, no dejan de ser preocupantes, sobre todo en los
países en desarrollo. Una de ellas es la babesiosis,
enfermedad hasta ahora poco frecuente, causada por un parásito transmitido por
la picadura de la garrapata del perro. Los síntomas pueden ir desde cuadros
leves que pasan casi inadvertidos a otros de mayor gravedad, máxime en pacientes
ancianos e inmunodeprimidos.
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Esta enfermedad, más prevalente en la zona este de África, ha
pasado a ser cada vez más frecuente en Europa y América del Norte. Otra
enfermedad transmitida por la picadura de una garrapata es laborreliosis o enfermedad de Lyme. Se trata de una
patología que puede resultar de difícil diagnóstico; sus síntomas pueden
confundirse con otras afecciones como cuadros gripales, fibromialgia o
esclerosis múltiple.
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Al igual que en el caso anterior, el aumento de las temperaturas,
al favorecer el ciclo vital de las garrapatas, podría ayudar a una mayor difusión
de la enfermedad. La fiebre
amarilla es una
enfermedad vírica, propagada en este caso por mosquitos. A pesar de que afecta
las regiones tropicales de África y partes de América central y del sur, podría
extenderse a nuevas zonas. La fiebre
de Rift Valley es una
zoonosis vírica que afecta principalmente al ganado doméstico pero que también
puede llegar al ser humano provocándole cuadros graves. El virus se transmite
por la picadura de un mosquito. Es más frecuente en el África subsahariana y el
norte de África.
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La conocida como enfermedad
del sueño está
causada por un parásito transmitido por la mosca tse-tsé. Puede afectar a
personas y animales y es endémica en algunas zonas de África subsahariana. El
clima influye en la distribución de la enfermedad puesto que la mosca suele
encontrarse en la vegetación que rodea a ríos y lagos, en los bosques y en la
sabana. Se conoce como enfermedad del sueño debido a que, en fases avanzadas,
se producen trastornos del sistema nervioso central que se traducen en cambios
en el comportamiento y períodos frecuentes y prolongados de somnolencia.
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La infección por el virus del río Ébola provoca un cuadro grave con elevada
mortalidad. En el informe de los expertos se destaca que existen evidencias de
que los brotes de esta enfermedad están relacionados con las variaciones
inesperadas de las épocas de lluvias. Cabe esperar que en el futuro aumente el
número de personas infectadas dado que el cambio climático provoca alteraciones
del régimen de lluvias. Finalmente, dos entidades que previsiblemente pueden
aumentar son las infecciones por parásitos
intestinales y la que
se conoce comomarea roja, una excesiva proliferación de
algas productoras de toxinas letales tanto para animales como humanos.
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http://www.consumer.es/web/es/salud/problemas_de_salud/2008/10/27/181014.php