Nicaragua

Madre, que dar pudiste de tu vientre pequeño

tantas rubias bellezas y tropical tesoro,

tanto lago de azures, tanta rosa de oro,

tanta paloma dulce, tanto tigre zahareño.



Yo te ofrezco el acero en que forjé mi empeño,

la caja de armonía que guarda mi tesoro,

la peaña de diamantes del ídolo que adoro

y te ofrezco mi esfuerzo, y mi nombre y mi sueño.


Rubén Darío (1889).



Anidando en el porche

Anidando en el porche
dzu2012

viernes, 29 de septiembre de 2017

El ambiente en la Constitución


Doraldina Zeledón Úbeda

Con la reforma de la Constitución Política de Nicaragua, en el 2014, en el artículo 60 se dieron ampliaciones: la preocupación por los ecosistemas y la diversidad biológica, la producción y el consumo responsable. El bien vivir. Esto en tono persuasivo, no de mandato constitucional, como en otros artículos. También adopta la “Declaración Universal del Bien Común de la Tierra y la Humanidad”.
Pero se le quitó algo (mucho): ya no se menciona la responsabilidad del Estado. El artículo 60 antes de la reforma decía: “Los nicaragüenses tienen derecho de habitar en un ambiente saludable; es obligación del Estado la preservación, conservación y rescate del medio ambiente y de los recursos naturales”.  Con la reforma, de entrada, dice: “Los nicaragüenses tienen derecho de habitar en un ambiente saludable, así como la obligación de su preservación y conservación”.  Se le agregó que a todos nos concierne, lo cual está bien. Pero se eliminó la obligación del Estado. ¿Por qué? Entonces, ¿ya no es responsabilidad de los poderes públicos asegurar un ambiente saludable? ¿Explica esto la ley de concesión para el Canal y el interés por la minería? ¿O la regresión en los estudios de impacto ambiental? Y el despale. O el silencio ante el ruido, que sí es un problema ambiental, de salud pública y derechos humanos.
Aunque se haya eliminado la responsabilidad del Estado, hay otros artículos que dejan claro su rol en la protección del ambiente. El artículo 102 dice: “Los recursos naturales son patrimonio nacional. La preservación del ambiente y la conservación, desarrollo y explotación racional de los recursos naturales corresponden al Estado; éste podrá celebrar contratos de explotación racional de estos recursos, cuando el interés nacional lo requiera, bajo procesos transparentes y públicos”.
Según el artículo 180, el Estado garantiza a las comunidades de la Costa Caribe, el disfrute de sus recursos naturales, la efectividad de sus formas de propiedad comunal. El 181 expresa que “Las concesiones y los contratos de explotación racional de los recursos naturales que otorga el Estado en las Regiones Autónomas de la Costa Caribe deberán contar con la aprobación del Consejo Regional Autónomo correspondiente”. ¿Disfrutan de sus bienes naturales, hay respeto a sus propiedades comunales? ¿Se les toma en cuenta en las concesiones y contratos de explotación? Igualmente deben ser consultados los gobiernos municipales, según el artículo 177.
El artículo 105: “Los servicios de educación, salud y seguridad social, son deberes indeclinables del Estado, que está obligado a prestarlos sin exclusiones, a mejorarlos y ampliarlos”.  El 59, “Los nicaragüenses tienen derecho, por igual, a la salud. El Estado establecerá las condiciones básicas para su promoción, protección, recuperación y rehabilitación.” Como vemos, le compete al Estado la salud, la educación, la seguridad social. Y éstas no pueden ser realidad si no se protege el ambiente. Como dice el mismo artículo 60: “El bien supremo, común y universal, condición para todos los demás bienes, es la Tierra; ésta debe ser amada, cuidada y regenerada”.
El 46 habla de los derechos humanos: “En el territorio nacional toda persona goza de la protección estatal y del reconocimiento de los derechos inherentes a la persona humana, del irrestricto respeto, promoción y protección de los derechos humanos”. Igual, si no se protege el ambiente, se desprotegen los derechos humanos.
En todos estos artículos está clara la obligación del Estado, menos en el que concierne precisamente a nuestro derecho al ambiente saludable. Entonces, hay que recurrir a otros derechos para exigir su protección. O dicho de otro modo, si es obligación del Estado proteger derechos que para su realización necesitan de un ambiente saludable, también le compete proteger el ambiente. Pero esta responsabilidad debe ser explícita, concreta, no sólo derivada de otros derechos.
La autora es abogada. 

¿Y el ruido de las mascotas?

Doraldina Zeledón Úbeda

Una vecina tenía un hermoso perro, en una casa con patio muy pequeño. Por asuntos de trabajo, lo dejaba solo, dos o tres días. El animal pasaba ladrando día y noche, no sé si por comida, por estar encerrado o porque le hacía falta su ama. Fue por poco tiempo, pues otra vecina habló con ella. El ruido terminó allí, posiblemente se trasladó a otro barrio.
No siempre es así de fácil. Algunos dueños de animales domésticos creen que como están en su propiedad, pueden tener los que quieran, como quieran. También hay quienes protestan porque se pretenda callar a los animales. El asunto es que los perros no son los culpables, sino los dueños; que, o no les dan condiciones o no los entrenan para evitar molestias a toda hora.
Varias son las personas que se quejan por el ladrar de los perros, los gritos de las loras, el canto de gallos en la madrugada, las carreras de gatos en los techos (por lo que se hay quienes se sienten con derecho hasta de matarlos). Es quizás uno de los problemas de ruido más difíciles de lograr que los controlen, pues los animales no tienen conciencia de que sus sonidos sean dañinos. Y a veces, los dueños tampoco; pero éstos son los responsables de lo que hacen sus mascotas, por los daños que causen.
Según la Ley    los dueños de mascotas deben asegurar que los animales no sufran por hambre, sed, maltrato, malestar físico, dolor, heridas, enfermedades, miedo, angustia, ni abandono, proporcionándoles un alojamiento adecuado a su raza o especie (Arto. 5 3).
También deben evitar que ensucien las vías o espacios públicos, así como la molestia a los vecinos o la puesta en peligro de los que habitan a su alrededor. En este sentido, quien en su momento tenga la custodia del animal, será responsable de los daños y perjuicios que ocasione a terceros (Arto. 54).
Pero las leyes poco se conocen, y a lo mejor lo tilden de invivible, necio, insensible, problemático; y no aceptarán que el perro cause daño. Y si los vecinos lo apoyan a él, usted es el del problema: ¿Será posible que le molesten los animales? Y se tensan las relaciones vecinales. Alguien me dijo que es más molesta la actitud del dueño del animal que la de éste, y prefieren aguantar. Hay que buscar la manera de acercarse; además, hay vecinos comprensivos.
Lo mejor es solicitarle de manera amigable que controle a su perro, que busque a un veterinario para que lo asesore en entrenar al perro. Si no hay resultado, se le puede mandar alguna información sobre los efectos del ruido y lo que dice la ley, tanto sobre el ruido como sobre la tenencia de animales. Si no hay respuesta positiva, valore si denuncia o aguanta.
Y hablando de ruido, independiente de la fuente, sabemos que afecta la salud, la tranquilidad, los derechos humanos, etc. Puede ser molesto y causar lesiones a la salud y éstas se tipifican en el Código Penal. Es decir, hay leyes, pero no se utilizan. 
Si decide denunciar, puede hacerlo ante la Acaldía o la Policía; y en el caso de falta de condiciones del animal, también ante el Ministerio Agropecuario y Forestal. Tienen que ver, además, el ministerio de salud y el del ambiente.
A algunas personas no les gusta ir a la Alcaldía o la Policía. El asunto es que a veces ni siquiera denunciamos y ya decimos que es perder el tiempo. Entonces, está la vía penal, búsquese un abogado penalista. Y también puede hacerlo por la vía civil, por inmisiones a la propiedad. Pero, donde hay tantos asuntos jurídicos por resolver, ¿será necesario llegar a estos extremos? No será peor el resultado?
Lo mejor es llegar a una mediación. Incluso, un acuerdo privado; si no amigable, al menos donde nadie salga perdiendo. No digo que sea fácil. Y seguramente hay otras soluciones que se pueden agregar.
Y, ¿somos conscientes de que nuestro ruido, como pólvora, disparos, tambores, gritos, también puede afectar a los animales?


sábado, 18 de marzo de 2017

Declaración III Encuentro Mundial Contra las Represas

Declaración III Encuentro mundial Contra las Represas
10-10-10
¡Aguas para la vida, no para la muerte! El grito hecho en el Primer Encuentro Internacional de Afectados por Represas, realizado en Curitiba, Brasil, 1997, se reafirmó en la Segunda Reunión Internacional en 2003 en Rasi Salai, Tailandia, y nuevamente recobró fuerza durante estos intensos días en Jalisco, en la comunidad de Temacapulín.
Declaración de Temaca- Aprobada en el Tercero Encuentro Internacional de Afectados por Represas y sus Aliados (Temacapulín, Jalisco, México, octubre 1 a 7, 2010)
Solidaridad con Temacapulín, Acasico y Palmarejo
Nosotros, más de 320 personas de 54 países a lo ancho y largo del mundo, afectados y luchadores contra las represas destructivas y activistas por el uso ecológico del agua, la justa utilización de la energía, la autodeterminación de los pueblos, la defensa del territorio, la justicia ambiental y climática y el respeto a los derechos humanos, nos hemos encontrado en Temacapulín. Nos hemos reunido en un pueblo que se ve en peligro de ser destruido por la construcción de la represa El Zapotillo. Estamos en solidaridad con nuestros anfitriones generosos en Temaca y apoyamos su exigencia para la cancelación de la presa El Zapotillo. Temaca debe vivir, y su lucha es nuestra lucha.
Asimismo, nos solidarizamos con las luchas del Movimiento Mexicano de Afectados por las Presas y en Defensa de los Ríos (MAPDER) y con las comunidades, pueblos y ciudades de diversos lugares de México, que en estos momentos se encuentran inundadas o sepultadas por toneladas de lodo a causa de la fractura o el desfogue de represas en el país. La crisis climática desato su furia enfrentándonos a excesivas lluvias, a ríos desbordados y a represas peligrosas que se encuentran a su máxima capacidad. Por lo que denunciamos y rechazamos la política obsoleta y desenfrenada de construcción de presas.
¡Aguas para la vida, no para la muerte! El grito hecho en el Primer Encuentro Internacional de Afectados por Represas, realizado en Curitiba, Brasil, 1997, se reafirmó en la Segunda Reunión Internacional en 2003 en Rasi Salai, Tailandia, y nuevamente recobró fuerza durante estos intensos días en Jalisco, en la comunidad de Temacapulín.
Nuestros Logros
Desde Rasi Salai, hemos seguido unidos trabajando para enfrentar a la industria de represas, y a los gobiernos e instituciones financieras que promueven y financian sus actividades destructivas. Nuestras luchas han derrotado a proyectos de presas y ayudado a restaurar y proteger los ríos. Hemos alcanzado importantes conquistas en la lucha por el derecho al consentimiento informado sobre los proyectos en nuestras tierras y por dignas reparaciones y condiciones de reasentamiento.
Estamos implementando con éxito, bajo control comunitario, numerosas experiencias con tecnologías y programas justos y ecológicamente responsables para satisfacer nuestras necesidades de energía, agua, saneamiento y protección contra inundaciones destructivas.
Hemos logrado crear y fortalecer diversas redes regionales, frentes y movimientos nacionales de luchas contra las represas y por los derechos de los afectados. Estamos construyendo un nuevo modelo de producción y uso de energía y de manejo de agua que satisfaga las necesidades de los pueblos, antes que el interés de las corporaciones nacionales y transnacionales.
Nuestros Desafíos
A 10 años de emitidas las importantes recomendaciones de la Comisión Mundial de Represas, en la mayoría de nuestros países, los derechos de las poblaciones continúan siendo violados por la construcción de represas. Los ríos siguen siendo represados y transvasados, las selvas inundadas, los peces y otras especies exterminadas. En abierta violación de acuerdos internacionales y leyes nacionales, pueblos indígenas y tribales, minorías étnicas y comunidades tradicionales son desproporcionadamente saqueadas y afectadas por la salvaje explotación de sus territorios, tierras y recursos. En muchas partes son obligados a luchar para no ser aniquilados física y culturalmente. Comunidades ribereñas, campesinas y urbanas ven las represas destruir sus modos y medios de vida.
Las mujeres sufren de forma aún más dramática las rupturas de la vida comunitaria y familiar resultante de la construcción de represas. En muchas partes, son discriminadas en los procesos de reasentamiento y reparación. Además, la concentración de miles de trabajadores durante la fase de la construcción muchas veces viene acompañada de prostitución, epidemias y deterioro de los servicios de educación y salud que conciernen de manera muy directa e inmediata la vida de las mujeres.
Jóvenes, ancianos y ancianas también son particularmente vulnerables a las transformaciones económicas, sociales y culturales provocadas por las presas.
La represión de las comunidades y organizaciones que resisten a las presas y la militarización de los territorios, constituye un flagrante atropello a los derechos humanos. Nuestros muertos y perseguidos cuentan una triste historia de la violencia de los constructores de represas, pero también de la resistencia heroica de los pueblos afectados y de su firme decisión de llevar adelante la lucha por un nuevo modo de usar el agua, de producir y utilizar la energía a servicio del pueblo.
Los procesos de privatización impulsados en los años 90 por el FMI y el Banco Mundial transformaron la producción de energía y el agua en un grande negocio. Las corporaciones hacen lucros exorbitantes en la construcción de presas, en el agro-negocio, en el hidro-negocio y en la minería.
Muchos países retornan a una situación semi-colonial para alimentar el capitalismo consumista que domina la sociedad contemporánea.
Grandes represas reducen la capacidad de las sociedades y ecosistemas para adaptarse al calentamiento global. El cambio climático está causando graves daños a las personas y a los ecosistemas, haciendo las represas aún menos seguras, menos viables económicamente, acelerando la sedimentación de los embalses. Los grandes embalses son una fuente importante de gases de efecto invernadero (GEI).
Nos oponemos al mal llamado “Mecanismo de Desarrollo Limpio” (MDL) que los gobiernos poderosos y el capital privado promueven para compensar sus emisiones de GEI, incluyendo a las represas como energía limpia y renovable. Nos sumamos a las acciones que desarrollará el movimiento global por la justicia climática, en el marco de la Conferencia de las Partes, que se llevará a cabo en la ciudad de Cancún, México el presente año.
Nos solidarizamos y nos sumamos a las luchas de la Vía Campesina por la soberanía alimentaria, que es inseparable de control popular del agua y de la soberanía energética.
Nos solidarizamos y nos sumamos a los que luchan contra la minería y la privatización del agua.
Nuestras Demandas
Las experiencias compartidas y estos cinco días de ricos intercambios nos permiten acordar que:
- Reafirmamos los principios y demandas de las declaraciones de Curitiba y Rasi Salai.
- Nos oponemos a la construcción de todas las represas social y ambientalmente destructivas. Nos oponemos a la construcción de cualquier represa que no haya sido aprobada por las poblaciones afectadas, luego de un genuino proceso debidamente informado y participativo, y que no satisfaga las necesidades básicas priorizadas por las mismas comunidades.
- Gobiernos, instituciones financieras y corporaciones deben someter todas las decisiones sobre represas a la aceptación pública y consentimiento informado por los afectados, como fue recomendado por la Comisión Mundial de Represas, incluyendo las poblaciones aguas abajo y aguas arriba de la presa.
- Los servicios prestados por las represas existentes debe ser optimizados, el daño social y ambiental minimizado y reparado/compensado, antes de la construcción de cualquier nuevo proyecto.
- Demandamos el respecto total al conocimiento y manejo tradicionales de los territorios de los pueblos indígenas y tribales, comunidades tradicionales y campesinos y de sus derechos colectivos a la autodeterminación y libertad, su consentimiento previo e informado en la planificación y toma de decisiones sobre el agua y la energía.
- Las reparaciones deben ser negociadas y dadas a los millones de personas que han sufrido a causa de las represas, incluyendo la provisión de tierras, viviendas e infraestructura social. Los constructores y promotores de represas, y los que se benefician de las presas, son los que deben pagar los costos de las reparaciones. Deben ser promovidos programas y planes de recuperación y desarrollo económico y social de las poblaciones afectadas bajo control popular.
- Rechazamos la militarización de nuestros territorios. Exigimos el cese del uso de toda forma de violencia e intimidación contra las personas amenazadas y afectadas por represas y organizaciones que se oponen a las mismas. Rechazamos la militarización de los territorios y el uso de presas y aguas para fines militares. Exigimos que los gobiernos y organizaciones internacionales respecten y protejan los derechos humanos y cesen las persecuciones contra dos defensores de esos derechos
- La equidad de género debe ser respetada en todas las políticas, programas y proyectos sobre agua y energía.
- Deben realizarse acciones, incluyendo el desmantelamiento, para restaurar los ecosistemas y los estilos de vida que han sido dañados por las represas.
- Rechazamos la privatización de los sectores de energía y agua. Demandamos el control público, efectivo y democrático y la regulación de los servicios de electricidad y agua. Agua y energía no pueden seguir siendo tratados como mercancía, pues son un bien público. Como lo ha reconocido la Asamblea de las Naciones Unidas, el agua es un derecho humano fundamental, lo que responsabiliza a los gobiernos asegurar el acceso universal al agua de buena calidad; así como asegurar la protección de los recursos hídricos de toda contaminación.
- Las políticas de agua y energía deben ser objeto de amplias y democráticas consultas públicas. En algunos países el dialogo sobre la implementación de recomendaciones de la CMR pueden contribuir de manera relevante.
- Los gobiernos deben proteger la seguridad de las poblaciones aguas abajo y aguas arriba de las represas existentes, incluyendo inversiones suficientes en la seguridad de las represas, un manejo responsable y participativo de las mismas y elaboración de planos participativos de protección ó evacuación en caso de ruptura y descargas de emergencia.
- Los afectados por presas construidas en un país fronterizo tienen el derecho a ser consultados sobre su construcción y operación. Autoridades de cuencas nacionales e internacionales deben ser participativas y transparentes, e incluir representantes de movimientos sociales y organizaciones no gubernamentales.
- Los gobiernos deben invertir fuertemente en la investigación y aplicación de tecnologías energéticas y manejo de agua ecológicamente responsables. Los gobiernos deben implementar políticas que desincentiven el desperdicio y sobreconsumo, y garantizar la distribución equitativa de la riqueza.
- Rechazamos los subsidios del Mecanismo de Desarrollo Limpio para proyectos hidroeléctricos destructivos, y nos oponemos a todos los mecanismos de mercado de carbono.
- Hidrovías deben seguir el principio “adaptar el barco al río, no el río al barco”
Nos Comprometemos a
- Intensificar nuestras luchas y campañas contra las represas, por los derechos de las poblaciones amenazadas y afectadas, y por la reparación integral de sus pérdidas y restauración de las cuencas.
- Trabajar para la implementación de métodos de manejo del agua y energía, tales como la cosecha de lluvia y modelos comunitarios de energía renovables.
- Luchar contra el modelo consumista y desarrollar campañas contra el consumo de productos intensivos en energía.
- Seguir discutiendo y construyendo colectivamente los principios y directrices de un modelo energético y del manejo del agua, basado en la responsabilidad ambiental y al servicio de los pueblos.
- Intensificar los intercambios entre activistas y movimientos que trabajan sobre represas, agua, energía, justicia ambiental y climática; incluyendo visitas recíprocas con intercambio de personas afectadas de diferentes países.
- Fortalecer nuestros movimientos uniéndolos con otros que luchan contra el modelo de desarrollo neoliberal, y por una justicia global ecológica y social.
- Celebrar cada año el Día de Acción contra las Represas y por los Ríos, el Agua y la Vida (14 de Marzo).
Nuestra lucha en contra las represas destructivas y el modelo actual de manejo de agua y energía, es también una lucha contra un orden social dominado por el imperativo de maximizar sus ganancias, y es una lucha por una sociedad basada en la equidad y la solidaridad.
¡Otro modelo de manejo de energía y agua es posible!
¡Aguas para la vida, no para la muerte!
¡Agua y energía no son mercancía!
¡Ríos libres para pueblos libres!




domingo, 12 de marzo de 2017

Quien contamina paga

Doraldina Zeledón Úbeda

Madre, que dar pudiste de tu vientre pequeño
tantas rubias bellezas y tropical tesoro,
tanto lago de azures, tanta rosa de oro,
tanta paloma dulce, tanto tigre zahareño.

Yo te ofrezco el acero en que forjé mi empeño,
la caja de armonía que guarda mi tesoro,
la peaña de diamantes del ídolo que adoro
y te ofrezco mi esfuerzo, y mi nombre y mi sueño.
“Nicaragua”, Rubén Darío (1889).

Ríos sin agua, bosques sin árboles, fauna sin aves ni “tigre zahareño”; urbanismo sin urbanización, terrenos sin suelo, lagunas-basureros, descanso sin tranquilidad, niños sin futuro: sucios, desnutridos, enfermos. Todo producto de los problemas ambientales originados por la misma humanidad: contaminación de ríos que hacen escasear el agua, incendios sin planes de prevención, tala incontrolada de bosques; consumismo y falta de educación que aumentan el problema de la basura y el agotamiento de los recursos naturales; el ruido que no nos importa; la emisión de gases de los vehículos que contamina y calienta la atmósfera; en fin, la muerte de los “lagos azures”, el deterioro de ecosistemas y paisajes, pérdida del “tropical tesoro”, de la biodiversidad gracias a la cual vivimos y que Darío cantara hace más de un siglo, pero que si viniera, no encontraría.
Son estos algunos de los problemas ambientales en el país y en cada municipio, además de la pobreza, debido a la injusta distribución de la riqueza que Dios le dio a Nicaragua, pero que no hemos sabido valorar ni compartir. Las autoridades municipales son las responsables inmediatas de la solución a los problemas del municipio, entre ellos los problemas ambientales. Todas las áreas de la gestión edilicia deberían contemplar la dimensión ambiental: en la ordenación del territorio, en la construcción, en el transporte, en el comercio, en la educación.
El medioambiente debería ser parte de los planes y programas, y por ende de los presupuestos, porque si dicen que defienden el ambiente, pero no contemplan una partida financiera, no harán mucho. También se debe integrar en las relaciones internacionales, para adquirir recursos, económicos, técnicos, profesionales, etc.
Y los municipios vecinos, muchas veces pertenecientes una misma región natural o que comparten un recurso natural, como un río o un bosque, no deberían preocuparse sólo por ver a quién le pertenece, sino unirse por el desarrollo y protección de esos recursos y de la región. El trabajo por el medio ambiente tenemos que tomarlo más en serio, no sólo las autoridades, todos tenemos la obligación, no podemos seguir contaminando y destruyendo los recursos naturales. Ni quejándonos por la falta de agua, del calor o del ruido, tenemos que actuar conjuntamente con las autoridades. Si cada persona aporta en la medida de sus posibilidades, si no esperamos a que nos resuelvan todos los problemas sin mover un dedo, la sociedad sería otra.
Hay municipios muy laboriosos, de los cuales emana vida, dinamismo y hasta orgullo, que si se lo proponen, arrancarían de verdad, sin estar esperando que el país arranque sobre la base de discursos y pactos. Y corrupción sobre corrupción. Pero se necesita líderes, autoridades municipales que no defrauden al pueblo. Y se necesita ciudadanos y ciudadanas que, como Rubén Darío, cada quien en su dimensión, le digan a su terruño: “y te ofrezco mi esfuerzo, y mi nombre y mi sueño”. Estamos en período de elecciones. Seguramente cada candidato habrá integrado a su programa la defensa del medio ambiente.
Tiscapa, el río Estelí, el río Negro, las Canoas, el barrio Hugo Chávez, el turismo ecosostenible, las vedas, las tierras indígenas, etc., serán ingredientes en las campañas. Ahora que comiencen, desmenucemos los programas, veamos cuál es la realidad o si sólo serán parte de los discursos. Analicemos a los candidatos y candidatas, cuál ha sido su compromiso por el medioambiente y su grado de credibilidad, porque en las elecciones municipales es más fácil este análisis, ya que los candidatos son más cercanos y por lo tanto más conocidos.
Entonces, nuestro voto sería por el programa que más defienda el medioambiente y por el candidato más creíble. Y si el medioambiente sigue siendo la cenicienta, entonces, en cada municipio deberíamos hacer un listado de los problemas ambientales y las estrategias para enfrentarlos, y aportar sugerencias para que los candidatos las integren en sus programas. Por ejemplo, incluir planes contra incendios, para estar preparados y que las llamas no se lleven nuestros pinos, y no seguir apagando el fuego con las ramas de los mismos árboles.
Proyectos de educación ambiental, no sólo en las escuelas, ni sólo relacionados con la siembra de árboles o recogida de basura, sino programas integrales relacionados con las diferentes áreas del medio ambiente; y no como una asignatura que haya que aprobar, sino para formar hábitos y valores, para sensibilizarnos y actuar con responsabilidad en el medio y por el medio. Incentivos para las personas y organizaciones que trabajan por el medio ambiente, como lo contempla la Ley 217. Reforestación.
Iniciativas de leyes, por ejemplo para un sistema de reducción y gestión de residuos y no quedarnos sólo en recoger la basura y trasladar el problema a otro lugar, es como quitar la basura del frente de la casa y llevarla al patio, para que no se vea. O la ley de ruido, o de costas, para que el turismo desordenado no siga comiéndose la tranquilidad que buscan los turistas o los pedacitos de costa que aún quedan, como en San Juan del Sur.
Tantos problemas ambientales, tantas acciones por realizar. Las elecciones municipales deberían ser un reto para mejorar la calidad de vida de todos, mejorando el medioambiente. Veamos qué ofrecen. Y digámosles: “mi voto es ecológico”. Pero no basta el voto, hay que darles seguimiento y apoyarlos. ¿Y si no cumplen?, ¡a botarlos!

Mi voto es ecológico

Doraldina Zeledón Úbeda

Madre, que dar pudiste de tu vientre pequeño
tantas rubias bellezas y tropical tesoro,
tanto lago de azures, tanta rosa de oro,
tanta paloma dulce, tanto tigre zahareño.

Yo te ofrezco el acero en que forjé mi empeño,
la caja de armonía que guarda mi tesoro,
la peaña de diamantes del ídolo que adoro
y te ofrezco mi esfuerzo, y mi nombre y mi sueño.
“Nicaragua”, Rubén Darío (1889).

Ríos sin agua, bosques sin árboles, fauna sin aves ni “tigre zahareño”; urbanismo sin urbanización, terrenos sin suelo, lagunas-basureros, descanso sin tranquilidad, niños sin futuro: sucios, desnutridos, enfermos. Todo producto de los problemas ambientales originados por la misma humanidad: contaminación de ríos que hacen escasear el agua, incendios sin planes de prevención, tala incontrolada de bosques; consumismo y falta de educación que aumentan el problema de la basura y el agotamiento de los recursos naturales; el ruido que no nos importa; la emisión de gases de los vehículos que contamina y calienta la atmósfera; en fin, la muerte de los “lagos azures”, el deterioro de ecosistemas y paisajes, pérdida del “tropical tesoro”, de la biodiversidad gracias a la cual vivimos y que Darío cantara hace más de un siglo, pero que si viniera, no encontraría.
Son estos algunos de los problemas ambientales en el país y en cada municipio, además de la pobreza, debido a la injusta distribución de la riqueza que Dios le dio a Nicaragua, pero que no hemos sabido valorar ni compartir. Las autoridades municipales son las responsables inmediatas de la solución a los problemas del municipio, entre ellos los problemas ambientales. Todas las áreas de la gestión edilicia deberían contemplar la dimensión ambiental: en la ordenación del territorio, en la construcción, en el transporte, en el comercio, en la educación.
El medioambiente debería ser parte de los planes y programas, y por ende de los presupuestos, porque si dicen que defienden el ambiente, pero no contemplan una partida financiera, no harán mucho. También se debe integrar en las relaciones internacionales, para adquirir recursos, económicos, técnicos, profesionales, etc.
Y los municipios vecinos, muchas veces pertenecientes una misma región natural o que comparten un recurso natural, como un río o un bosque, no deberían preocuparse sólo por ver a quién le pertenece, sino unirse por el desarrollo y protección de esos recursos y de la región. El trabajo por el medio ambiente tenemos que tomarlo más en serio, no sólo las autoridades, todos tenemos la obligación, no podemos seguir contaminando y destruyendo los recursos naturales. Ni quejándonos por la falta de agua, del calor o del ruido, tenemos que actuar conjuntamente con las autoridades. Si cada persona aporta en la medida de sus posibilidades, si no esperamos a que nos resuelvan todos los problemas sin mover un dedo, la sociedad sería otra.
Hay municipios muy laboriosos, de los cuales emana vida, dinamismo y hasta orgullo, que si se lo proponen, arrancarían de verdad, sin estar esperando que el país arranque sobre la base de discursos y pactos. Y corrupción sobre corrupción. Pero se necesita líderes, autoridades municipales que no defrauden al pueblo. Y se necesita ciudadanos y ciudadanas que, como Rubén Darío, cada quien en su dimensión, le digan a su terruño: “y te ofrezco mi esfuerzo, y mi nombre y mi sueño”. Estamos en período de elecciones. Seguramente cada candidato habrá integrado a su programa la defensa del medio ambiente.
Tiscapa, el río Estelí, el río Negro, las Canoas, el barrio Hugo Chávez, el turismo ecosostenible, las vedas, las tierras indígenas, etc., serán ingredientes en las campañas. Ahora que comiencen, desmenucemos los programas, veamos cuál es la realidad o si sólo serán parte de los discursos. Analicemos a los candidatos y candidatas, cuál ha sido su compromiso por el medioambiente y su grado de credibilidad, porque en las elecciones municipales es más fácil este análisis, ya que los candidatos son más cercanos y por lo tanto más conocidos.
Entonces, nuestro voto sería por el programa que más defienda el medioambiente y por el candidato más creíble. Y si el medioambiente sigue siendo la cenicienta, entonces, en cada municipio deberíamos hacer un listado de los problemas ambientales y las estrategias para enfrentarlos, y aportar sugerencias para que los candidatos las integren en sus programas. Por ejemplo, incluir planes contra incendios, para estar preparados y que las llamas no se lleven nuestros pinos, y no seguir apagando el fuego con las ramas de los mismos árboles.
Proyectos de educación ambiental, no sólo en las escuelas, ni sólo relacionados con la siembra de árboles o recogida de basura, sino programas integrales relacionados con las diferentes áreas del medio ambiente; y no como una asignatura que haya que aprobar, sino para formar hábitos y valores, para sensibilizarnos y actuar con responsabilidad en el medio y por el medio. Incentivos para las personas y organizaciones que trabajan por el medio ambiente, como lo contempla la Ley 217. Reforestación.
Iniciativas de leyes, o su aplicación, por ejemplo para un sistema de reducción y gestión de residuos y no quedarnos sólo en recoger la basura y trasladar el problema a otro lugar, es como quitar la basura del frente de la casa y llevarla al patio, para que no se vea. O la ley de ruido, o de costas, para que el turismo desordenado no siga comiéndose la tranquilidad que buscan los turistas o los pedacitos de costa que aún quedan, como en San Juan del Sur.
Tantos problemas ambientales, tantas acciones por realizar. Las elecciones municipales deberían ser un reto para mejorar la calidad de vida de todos, mejorando el medioambiente. Veamos qué ofrecen. Y digámosles: “mi voto es ecológico”. Pero no basta el voto, hay que darles seguimiento y apoyarlos. ¿Y si no cumplen?, ¡a botarlos!

jueves, 16 de febrero de 2017

Itinerario cultural en Estelí

                                                  
Igual que en toda persona encontramos cualidades que no siempre se aprecian a simple vista; así las ciudades guardan tesoros que entretejen la red interior que alimenta el alma, porque no sólo de pan vive el ser humano. 

Redescubriendo Estelí, y adentrándome en la vida artística, encontré una variedad de expresiones: pintura, poesía, música, danza, artesanías, esculturas. El primer encuentro fue en el restaurante Tipiscayán, con esculturas en piedra elaboradas por Freddy Moreno. Llegué por una exposición de pintores de Managua, entre ellos, Zayda y Daisy Benavides, y la esteliana Celina Tapia.

Caminado, durante un frío atardecer de enero, me topé con la Casa Manos Nicas. Qué bonita artesanía: muñecas, flores, floreros, angelitos; todos de tusa, hechos con manos femeninas. Además promueven trabajos de otros artesanos, elaboradas con marmolina, hojas de pino, madera, barro.


Añadir leyenda
Si las muñecas me gustaron, lo que vi después me encantó: subí al segundo piso de la Casa de Cultura Leonel Rugama, ahí está el Taller de Mosaico de Tusa del pintor Juan Carlos Moreno López y su hermano Erick Samuel. Les ayudan unas muchachas que se ve tienen mucha paciencia y les gusta lo que hacen. Primero, pintan las tusas en varios colores y después las cortan en pedacitos, con los que van armando el cuadro conforme a un modelo. ¿Y saben quiénes les dan el acabado final a los mosaicos? Las mismas manos femeninas que hacen las muñecas.

Siguiendo mi caminata cultural, me quedé extasiada al ver la interpretación pictórica de tres obras de Rubén Darío ("El rey burgués", Sonatina y A Margarita Debayle), de John Alaniz, director de la Escuela de Arte Renacimiento. Ha pintado además en algunas iglesias, así supe de este joven artista que dice pintar también angelitos negros. Claro, porque “también se van al cielo todos los negritos buenos”.

Sonatina













Al otro lado del realismo de Jonh, está el surrealismo (y más) del conocido pintor, arqueólogo, docente y escritor, Bayardo Gámez. Su taller está al fondo, alejado del ruido comercial. Un rinconcito colorido y acogedor, repleto de dibujos, pinturas, retratos, murales. Y una enriquecedora conversación. 



En el campo hay cosecha de primera, segunda y apante. En el Instituto de Arte Popular, que dirige Roberto Loásiga, encontré un “apante de colores”. Dicen que la última cosecha es la que más beneficios deja, porque ya han pagado deudas y comprado algunos bienes con las primeras. Así pasa con este grupo de mujeres de la tercera edad “en crecimiento pictórico”. Se expresan a través del arte, socializan, se divierten y crean una nueva fuente de ingresos. Existe el grupo Almácigos, para niños y jóvenes; la Tertulia Literaria y clases de guitarra. Y todavía les da para un proyecto dirigido a los más desprotegidos económicamente.

Estelí es también “La ciudad de los murales”. Es Funarte, Fundación de Apoyo al Arte Creador Infantil, la que ha coloreado historias, luchas, sueños, alegrías; en muros y paredes, pues “la obra debe expresar el sentir y el pensar de quienes las elaboran.” Pero el objetivo no es el mural, dice su director Pablo Antonio Blandón, éste es la expresión final de un proceso de aprendizaje de la temática que abordan y un crecimiento en valores. Trabajan temas como violencia basada en género, medioambiente, derechos humanos; de ahí salen los murales. Y ya existen otros grupos, como el de Julio César Moreno, nacido en Funarte.      

Pinturas en Funarte
   Esto es apenas un plumazo. Hay mucho para ver y compartir. Solo falta una galería de arte, para promover estos talentos y que podamos aprender y disfrutar con sus obras.
                    
                                                                      
                                                                                   

                                                                                                      

domingo, 22 de enero de 2017

El rey burgués


Rubén Darío
(Primer cuento de Azul…, Chile 1888). 
(Pintura de Jhon Alaniz, director de la Escuela de Arte Renacimiento, de Estelí).

¡Amigo! El cielo está opaco, el aire frío, el día triste. Un cuento alegre... así como para distraer las brumosas y grises melancolías, helo aquí:

Había en una ciudad inmensa y brillante un rey muy poderoso, que tenía trajes caprichosos y ricos, esclavas desnudas, blancas y negras, caballos de largas crines, armas flamantísimas, galgos rápidos, y monteros con cuernos de bronce que llenaban el viento con sus fanfarrias. ¿Era un rey poeta? No, amigo mío: era el Rey Burgués.

Era muy aficionado a las artes el soberano, y favorecía con gran largueza a sus músicos, a sus hacedores de ditirambos, pintores, escultores, boticarios, barberos y maestros de esgrima.

Cuando iba a la floresta, junto al corzo o jabalí herido y sangriento, hacía improvisar a sus profesores de retórica, canciones alusivas; los criados llenaban las copas del vino de oro que hierve, y las mujeres batían palmas con movimientos rítmicos y gallardos. Era un rey sol, en su Babilonia llena de músicas, de carcajadas y de ruido de festín. Cuando se hastiaba de la ciudad bullente, iba de caza atronando el bosque con sus tropeles; y hacía salir de sus nidos a las aves asustadas, y el vocerío repercutía en lo más escondido de las cavernas. Los perros de patas elásticas iban rompiendo la maleza en la carrera, y los cazadores inclinados sobre el pescuezo de los caballos, hacían ondear los mantos purpúreos y llevaban las caras encendidas y las cabelleras al viento.

El rey tenía un palacio soberbio donde había acumulado riquezas y objetos de arte maravillosos. Llegaba a él por entre grupos de lilas y extensos estanques, siendo saludado por los cisnes de cuellos blancos, antes que por los lacayos estirados. Buen gusto. Subía por una escalera llena de columnas de alabastro y de esmaragdina, que tenía a los lados leones de mármol como los de los tronos salomónicos. Refinamiento. A más de los cisnes, tenía una vasta pajarera, como amante de la armonía, del arrullo, del trino; y cerca de ella iba a ensanchar su espíritu, leyendo novelas de M. Ohnet, o bellos libros sobre cuestiones gramaticales, o críticas hermosillescas. Eso sí: defensor acérrimo de la corrección académica en letras, y del modo lamido en artes; ¡alma sublime amante de la lija y de la ortografía!

¡Japonerías!¡Chinerías! Por moda y nada más. Bien podía darse el placer de un salón digno del gusto de un Goncourt y de los millones de un Creso: quimeras de bronce con las fauces abiertas y las colas enroscadas, en grupos fantásticos y maravillosos; lacas de Kioto con incrustaciones de hojas y ramas de una flora monstruosa, y animales de una fauna desconocida; mariposas de raros abanicos junto a las paredes; peces y gallos de colores; máscaras de gestos infernales y con ojos como si fuesen vivos; partesanas de hojas antiquísimas y empuñaduras con dragones devorando flores de loto; y en conchas de huevo, túnicas de seda amarilla, como tejidas con hilos de araña, sembradas de garzas rojas y de verdes matas de arroz; y tibores, porcelanas de muchos siglos, de aquellas en que hay guerreros tártaros con una piel que les cubre hasta los riñones, y que llevan arcos estirados y manojos de flechas.

Por lo demás, había el salón griego, lleno de mármoles: diosas, musas, ninfas y sátiros; el salón de los tiempos galantes, con cuadros del gran Watteau y de Chardin; dos, tres, cuatro, ¿cuántos salones?

Y Mecenas se paseaba por todos, con la cara inundada de cierta majestad, el vientre feliz y la corona en la cabeza, como un rey de naipe.

Un día le llevaron una rara especie de hombre ante su trono, donde se hallaba rodeado de cortesanos, de retóricos y de maestros de equitación y de baile.

-¿Qué es eso? -preguntó.

-Señor, es un poeta.

El rey tenía cisnes en el estanque, canarios, gorriones, censotes en la pajarera: un poeta era algo nuevo y extraño.

-Dejadle aquí.

Y el poeta:

-Señor, no he comido.

Y el rey:

-Habla y comerás.

Comenzó:

-Señor, ha tiempo que yo canto el verbo del porvenir. He tendido mis alas al huracán; he nacido en el tiempo de la aurora; busco la raza escogida que debe esperar con el himno en la boca y la lira en la mano, la salida del gran sol. He abandonado la inspiración de la ciudad malsana, la alcoba llena de perfumes, la musa de carne que llena el alma de pequeñez y el rostro de arroz. He roto el arpa adulona de las cuerdas débiles, contra las copas de Bohemia y las jarras donde espumea el vino que embriaga sin dar fortaleza ; he arrojado el manto que me hacía parecer histrión, o mujer, y he vestido de modo salvaje y espléndido: mi harapo es de púrpura. He ido a la selva, donde he quedado vigoroso y ahíto de leche fecunda y licor de nueva vida; y en la ribera del mar áspero, sacudiendo la cabeza bajo la fuerte y negra tempestad, como un ángel soberbio, o como un semidiós olímpico, he ensayado el yambo dando al olvido el madrigal.

He acariciado a la gran naturaleza, y he buscado al calor del ideal, el verso que está en el astro en el fondo del cielo, y el que está en la perla en lo profundo del océano. ¡He querido ser pujante! Porque viene el tiempo de las grandes revoluciones, con un Mesías todo luz, todo agitación y potencia, y es preciso recibir su espíritu con el poema que sea arco triunfal, de estrofas de acero, de estrofas de oro, de estrofas de amor.

¡Señor, el arte no está en los fríos envoltorios de mármol, ni en los cuadros lamidos, ni en el excelente señor Ohnet! ¡Señor! El arte no viste pantalones, ni habla en burgués, ni pone los puntos en todas las íes. Él es augusto, tiene mantos de oro o de llamas, o anda desnudo, y amasa la greda con fiebre, y pinta con luz, y es opulento, y da golpes de ala como las águilas, o zarpazos como los leones. Señor, entre un Apolo y un ganso, preferid el Apolo, aunque el uno sea de tierra cocida y el otro de marfil.

¡Oh, la Poesía!

¡Y bien! Los ritmos se prostituyen, se cantan los lunares de la mujeres, y se fabrican jarabes poéticos. Además, señor, el zapatero critica mis endecasílabos, y el señor profesor de farmacia pone puntos y comas a mi inspiración. Señor, ¡y vos lo autorizáis todo esto!... El ideal, el ideal...

El rey interrumpió:

-Ya habéis oído. ¿Qué hacer?

Y un filósofo al uso:

-Si lo permitís, señor, puede ganarse la comida con una caja de música; podemos colocarle en el jardín, cerca de los cisnes, para cuando os paseéis.

-Sí, -dijo el rey,- y dirigiéndose al poeta:

-Daréis vueltas a un manubrio. Cerraréis la boca. Haréis sonar una caja de música que toca valses, cuadrillas y galopas, como no prefiráis moriros de hambre. Pieza de música por pedazo de pan. Nada de jerigonzas, ni de ideales. Id.

Y desde aquel día pudo verse a la orilla del estanque de los cisnes, al poeta hambriento que daba vueltas al manubrio: tiririrín, tiririrín... ¡avergonzado a las miradas del gran sol! ¿Pasaba el rey por las cercanías? ¡Tiririrín, tiririrín...! ¿Había que llenar el estómago? ¡Tiririrín! Todo entre las burlas de los pájaros libres, que llegaban a beber rocío en las lilas floridas; entre el zumbido de las abejas, que le picaban el rostro y le llenaban los ojos de lágrimas, ¡tiririrín...! ¡lágrimas amargas que rodaban por sus mejillas y que caían a la tierra negra!

Y llegó el invierno, y el pobre sintió frío en el cuerpo y en el alma. Y su cerebro estaba como petrificado, y los grandes himnos estaban en el olvido, y el poeta de la montaña coronada de águilas, no era sino un pobre diablo que daba vueltas al manubrio, tiririrín.

Y cuando cayó la nieve se olvidaron de él, el rey y sus vasallos; a los pájaros se les abrigó, y a él se le dejó al aire glacial que le mordía las carnes y le azotaba el rostro, ¡tiririrín!

Y una noche en que caía de lo alto la lluvia blanca de plumillas cristalizadas, en el palacio había festín, y la luz de las arañas reía alegre sobre los mármoles, sobre el oro y sobre las túnicas de los mandarines de las viejas porcelanas. Y se aplaudían hasta la locura los brindis del señor profesor de retórica, cuajados de dáctilos, de anapestos y de pirriquios, mientras en las copas cristalinas hervía el champaña con su burbujeo luminoso y fugaz. ¡Noche de invierno, noche de fiesta! Y el infeliz cubierto de nieve, cerca del estanque, daba vueltas al manubrio para calentarse ¡tiririrín, tiririrín! tembloroso y aterido, insultado por el cierzo, bajo la blancura implacable y helada, en la noche sombría, haciendo resonar entre los árboles sin hojas la música loca de las galopas y cuadrillas; y se quedó muerto, tiririrín... pensando en que nacería el sol del día venidero, y con él el ideal, tiririrín..., y en que el arte no vestiría pantalones sino manto de llamas, o de oro... Hasta que al día siguiente, lo hallaron el rey y sus cortesanos, al pobre diablo de poeta, como gorrión que mata el hielo, con una sonrisa amarga en los labios, y todavía con la mano en el manubrio.

¡Oh, mi amigo! el cielo está opaco, el aire frío, el día triste. Flotan brumosas y grises melancolías...

Pero ¡cuánto calienta el alma una frase, un apretón de manos a tiempo! ¡Hasta la vista!