Doraldina Zeledón Úbeda
Vivimos en un país tropical, donde los rayos del sol nos llegan perpendicularmente. Si a esto le sumamos la disminución de las concentraciones de ozono en la estratosfera, que permiten una mayor radiación de los rayos ultravioleta a la superficie de la Tierra, el problema se agrava. “Los rayos del sol dañan la piel, crean condiciones para su enfermedad y aumentan las arrugas prematuras”, advierten los especialistas. Y entre más exposición, más probabilidades de tener enfermedades de la piel; inclusive, los rayos ultravioleta se sabe que son un factor considerable en la aparición del cáncer de piel y de otros problemas para el medio ambiente y la salud.
Y, por no atender las orientaciones, sufrimos las consecuencias de la exposición al sol. Usar manga larga y sombrilla nos parece exagerado, y no digamos sombrero. Sin embargo, muchos problemas de la piel se dan por exposición a los rayos solares sin protegerse, aunque sus efectos no siempre se vean inmediatamente. Y, a pesar de que se dice que el sol afecta más a las personas de piel blanca, las morenas también sufren las consecuencias; pero la moda, el miedo a no hacer el ridículo y el alto costo de los productos antisolares nos llevan a problemas de la piel que significan más gastos en la salud, cuando se pueden comprar, y más problemas cuando el salario mínimo se devalúa al máximo. También nos hace falta educación para la salud.
Los dermatólogos recomiendan evitar la exposición directa, especialmente en horas cuando el sol es más intenso y los rayos más perpendiculares, entre las diez de la mañana a las tres o cuatro de la tarde. Pero si el trabajo obliga a estar afuera, exponiéndose al sol, hay que usar ropa que proteja: camisas con mangas largas y con cuellos, pantalones largos y sombreros. Sin embargo, debido al calor, no usamos mangas largas, y como el sombrero no es parte de la moda, tampoco lo usamos, cuando deberían ser un una pieza más, tanto del vestuario como de instrumentos de protección personal en el trabajo; por ejemplo, en el campo, la construcción, el transporte, las ventas ambulantes o estacionarias a la intemperie. Y se recomienda el sombrero, no la gorra, pues ésta no cubre el cuello ni las orejas. Sería saludable incluir en el diseño de modas el sombrero y la manga larga. Un caso muy particular es el de algunos taxistas que han implementado el uso de mangas para protegerse del sol. Son un ejemplo de que se debe seguir la lógica que impone el clima y no la moda 0 de que la moda siga la lógica del clima.
Los dermatólogos orientan también el uso de crema protectora solar o bloqueador solar, inclusive en los días nublados; y las personas más sensibles al sol deben usarlo aunque permanezcan en la sombra, pues los reflejos también pueden afectar. Y en este clima intenso que nos hace sudar tanto, el antisolar se va con el sudor, por lo que se hace necesaria más de una aplicación, dicen. Y esto no debería ser un lujo, sino una necesidad, pero el alto costo lo hace un producto inaccesible. En nuestro empobrecido país, hasta el gallopinto y el pinol son un lujo, no digamos los antisolares, por eso valdría la pena acatar las sugerencias de usar ropa adecuada.
Para los niños y niñas expuestos constantemente al sol por los juegos, deberían ser exigidas las cremas antisolares, y para los deportistas. Dirán que en donde hay hambre y hace falta una pastilla para el dolor, hablar de esto es locura. Que quienes aguantan el sol en los semáforos, si no se asolean no comen, y menos que puedan comprar antisolares. Cierto, creo que es la verdad más absoluta, pero la solución es tarea del Estado. Los protectores solares no son producto de belleza ni de lujo, son una necesidad. Y no es exageración, si no preguntemos cuántas personas de todas las edades tienen problemas en la piel a causa del sol. Una persona propensa a estos problemas si se expone al sol sin protegerse es como una que padezca de la presión y se exponga al calor intenso sin ningún tipo de tratamiento.
Por lo anterior, las cremas antisolares se deberían incluir en la lista de medicamentos básicos. Cuánto se ahorraría en salud si se previenen las enfermedades de la piel por exposición al sol. Inclusive los antejos protectores de rayos ultravioletas deberían ser parte de la lista de productos básicos para la salud de las personas que constantemente están expuestas al sol, como los conductores.
La moda debería guiarse por la lógica del clima para proteger la salud; sin embargo, en nuestro país se hace lo contrario: en un clima tan caluroso, se usa saco y corbata. Esto conlleva gasto de energía en aires acondicionados, para poder soportar el ropaje, pero si se deja a un lado, se podría ahorrar esa energía, que tanta falta hace; y, el dinero que implica el ahorro podría servir para subsidiar los protectores solares y agregarlos a la lista de medicamentos básicos. Además, sería una forma sencilla y real ante la problemática del cambio climático.
El Nuevo Diario Managua, Nicaragua - Sábado 05 de Mayo de 2007 .