Nicaragua

Madre, que dar pudiste de tu vientre pequeño

tantas rubias bellezas y tropical tesoro,

tanto lago de azures, tanta rosa de oro,

tanta paloma dulce, tanto tigre zahareño.



Yo te ofrezco el acero en que forjé mi empeño,

la caja de armonía que guarda mi tesoro,

la peaña de diamantes del ídolo que adoro

y te ofrezco mi esfuerzo, y mi nombre y mi sueño.


Rubén Darío (1889).



Anidando en el porche

Anidando en el porche
dzu2012

miércoles, 27 de agosto de 2008

Huella ecológica: nuestro impacto sobre el planeta

Doraldina Zeledón Úbeda

“Las personas están convirtiendo los recursos en desechos más rápido de lo que la naturaleza puede convertir los desechos en recursos”, según el Informe Planeta Vivo 2006 que WWF, organización mundial de la conservación, publicó recientemente.

El Informe se basa en dos indicadores: el Índice Planeta Vivo, que refleja el cambio de la biodiversidad de los ecosistemas, y la Huella Ecológica, que muestra el grado de demanda humana sobre esos ecosistemas; es decir, nuestro impacto en el consumo de recursos y en la producción de residuos.Este impacto se mide por área productiva de tierra y mar necesaria para proporcionar los recursos y para absorber desechos.

La huella de un país incluye las tierras agropecuarias, de pastoreo, bosques y zonas pesqueras, requeridas para producir alimentos, absorber los desechos y para espacio de infraestructura.Según el Informe, estamos utilizando los recursos del planeta más rápido de lo que éstos se pueden renovar; nuestra huella ecológica se ha triplicado desde 1961. Hemos consumido tanto, que al 2003 hemos excedido la biocapacidad de la Tierra en un 25%, comparado con 1980.

El otro parámetro, el Índice Planeta Vivo, mide la biodiversidad basado en tendencias de más de 3,600 poblaciones de 1,300 especies de vertebrados en el mundo. Analizaron los datos de 695 especies terrestres, 344 especies de agua dulce y 274 especies marinas. Las especies terrestres disminuyeron en 31%; las de agua dulce, en 28%; y las marinas, en 27%. El Informe muestra una pérdida rápida de la biodiversidad: las poblaciones de las especies vertebradas han disminuido en casi un tercio desde 1970.

No podemos continuar con el consumo excesivo por mucho tiempo sin agotar los recursos y sin hacer algo para que se renueven en el largo plazo, se enfatiza en el Informe. Ante esta situación, se plantean tres escenarios: transición tradicional, transición lenta y transición rápida.Un escenario en el que prevalezca un patrón de consumo tradicional moderado sugiere que a mediados de siglo, en 1050, la demanda de la humanidad sobre la naturaleza será el doble de la capacidad productiva de la biosfera. Por ejemplo, se necesitará el doble de agua, el doble de energía. Imaginemos las condiciones dentro de 45 años: sin energía, sin agua y con más calor, si no hacemos nada ahora.

En el escenario de transición lenta supone sacar gradualmente a la humanidad del exceso para el año 2100, y establecer una reserva moderada de biocapacidad para desacelerar la pérdida de biodiversidad. En el escenario de reducción rápida se supone un esfuerzo agresivo para movilizar a la humanidad fuera del exceso antes del año 2050.Suponiendo que se continúe la demanda como hasta ahora, con un escenario tradicional, este exceso pone en riesgo no sólo la pérdida de la biodiversidad, sino que también daña los ecosistemas y su habilidad de proveer los recursos y los servicios necesarios. La alternativa es eliminar el exceso, reducir la huella global de la humanidad.

El problema está en que los países desarrollados consumen más de lo que necesitan, y en los que van prosperando, también su huella ecológica crece.El Informe plantea que se puede reducir significativamente la intensidad de la huella. Entre otras ideas señala: una mayor eficiencia energética en la industria y en el hogar, pasando por la minimización de los desechos y el incremento del reciclaje y la reutilización, hasta el uso de vehículos eficientes en el consumo de combustibles y la reducción de la distancia requerida para transportar bienes.

Se tiene que impulsar estrategias de innovación para la sustentabilidad, que promuevan la participación y estimulen el ingenio humano, donde todas las profesiones pueden contribuir en la transición hacia una sociedad sostenible. Para esto se requiere mejor formación científica en cada profesión.¿Hasta qué punto estaremos realmente conscientes en disminuir nuestra huella ecológica?, principalmente los países y personas con gran consumo. ¿Serán capaces de utilizar menos recursos, dejar de consumir sin necesidad y dejar de lanzar tantos desechos?

Ojalá que, como dice el Informe Planeta Vivo, haya innovación, y todas las personas y profesiones se unan para reducir la huella ecológica, y la que dejan los que vienen a “invertir” el orden de la naturaleza. Que se exija más respeto por el medio ambiente a los países desarrollados, cuya huella gigante se extiende hasta los países pobres donde instalan sus proyectos, explotan los recursos y depositan sus residuos, incluyendo los productos basura que exportan.“Es tiempo de hacer algunas elecciones vitales. Un cambio que mejore los estándares de vida y reduzca nuestro impacto sobre el mundo natural no será fácil. Las ciudades, las plantas de energía y los hogares que construimos ahora llevarán a la sociedad a un consumismo perjudicial más allá de nuestras vidas, o empezarán a impulsar a ésta y a las futuras generaciones hacia una vida sustentable”.

http://www.elnuevodiario.com.ni/2006/11/18/opinion/34191